Por Pablo Mayoral / La Comuna de presxs y represaliadxs del franquismo
Hace un año perdimos a nuestro querido amigo y compañero José María “Chato” Galante, esta maldita pandemia se lo llevo de nuestro lado definitivamente, una pérdida que hemos tenido que aguantar individualmente, pues hasta ahora ni siquiera hemos podido juntarnos, como es debido, para consolarnos mutuamente por esta dolorosa ausencia.
En este año también supimos de la muerte de uno de sus torturadores, Antonio González Pacheco, torturador franquista que no fue juzgado por crímenes contra la humanidad, pese a estar reclamado por la justicia argentina, y tener interpuestas, en los juzgados de Madrid, múltiples querellas por torturas, entre ellas una de Chato.
También en este año, en septiembre, Martín Villa, una de las caras más conocidas de la Dictadura franquista, tuvo que ir a declarar en la Embajada argentina de Madrid, a requerimiento de la jueza María Servini, por varios crímenes franquistas, en concreto por los asesinatos de cinco trabajadores el 3 de Marzo en Vitoria y por los asesinatos de Arturo Ruiz en Madrid y Germán Rodríguez en Pamplona. Chato había sido uno de los principales impulsores de la Querella Argentina.
En septiembre del año pasado, el Consejo de Ministros aprobó el anteproyecto de ley de Memoria Democrática, iniciativa gubernamental que trata de dar respuesta a la creciente exigencia de cientos de asociaciones memorialistas, para acabar con la impunidad de los responsables de los crímenes franquistas. Sin lugar a dudas Chato fue uno de los principales y reconocidos impulsores del movimiento memorialista, por la verdad, la justicia y la reparación y en su memoria haremos todo lo posible para que de una vez por todas las leyes permitan y obliguen a condenar la Dictadura Franquista y sus responsables sean llevados ante la justicia nacional e internacional por los delitos de Lesa Humanidad cometidos en el Estado español durante más de 40 años. Se lo debemos a los cientos de miles de víctimas del franquismo y a nuestro querido y admirado José María “Chato” Galante.
