El ministro Grande-Marlaska ha rechazado de plano la apelación a implicarse en la resolución de la muerte de Mikel Zabalza, desplazando toda la responsabilidad a los tribunales, los mismos que la dejaron impune. No desclasificará documentos... salvo que haya una petición judicial, deja caer.
Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior español, ha vuelto a situar sobre los tribunales cualquier responsabilidad de búsqueda de la verdad en el caso de Mikel Zabalza, tras las últimas revelaciones. Los mismos tribunales, cabe recordar, que mantienen el caso impune durante 35 años tras haber rechazado pruebas como la conversación Gómez Nieto-Perote.
«Lo que no podemos hacer es investigaciones paralelas», ha llegado a afirmar Grande-Marlaska, soslayando con ello la invitación del PNV a promover la desclasificación de los documentos sobre el caso en el Consejo de Ministros, como institución competente para ello. Solo en el último minuto del debate ha dejado caer que esa desclasificación se analizaría si la reclamaran los tribunales, en cuyo caso primero tendrían que revisar si esas pruebas «existen».
Remontándose a 1985, Grande-Marlaska ha dicho que «son unos hechos concretos que marcaron al País Vasco. Yo todavía no era juez pero todos tuvimos un conocimiento y ahora he recordado los hechos».
«La investigación judicial ha sido minuciosa y ahora se tendrá que valorar la reapertura o no», ha dejado sentado Grande-Marlaska como hilo conductor de su intervención. Sobre la investigación judicial ha utilizado también calificativos como «larga», «compleja» o «pormenorizada», obviando que ni este audio ni siquiera su transcripción escrita fueron tenidos en cuenta por diferentes tribunales, de la Audiencia Nacional y de la Audiencia de Gipuzkoa. Luego ha hablado del «arrojo de aquellos jueces» que «llegaron a condenar torturas en algún caso».
En la misma línea, ha dicho que «he leído los autos. Hay que reconocer que ya en el año 1988 había jueces que estaban promocionando un derecho fundado en valores, como Joaquín Giménez o Juan Alberto Belloch. Hubo una pluralidad de diligencias, hubo autopsias a instancias de la acusación y no había divergencias suficientes». Por ello, ha dicho que no hubo material probatorio suficiente para abrir juicio contra los guardias civiles.
En cuanto al audio de Intxaurrondo que arroja aún más luz sobre el caso, Grande-Marlaska ha intentando sibilinamente quitarle importancia: «Hemos tenido conocimiento del audio pero no del contenido porque ya había aparecido previamente y había sido valorado», ha argumentado.
Esteban: «Abran los archivos»
En su interpelación, Esteban ha recordado a la Cámara quién era Zabalza y cómo fue detenido, ha remarcado que ninguna de las personas detenidas en la redada fue acusada posteriormente y ha añadido que a su madre le invitaron en Intxaurrondo a «buscar en objetos perdidos. Apareció, apareció el 15 de diciembre en el río Bidasoa –ha añadido el portavoz jelkide–, pero nadie creyó la versión oficial. Podrían haber sido de ETA aquellas personas detenidas, pero no lo eran. Según la madre de Mikel Zabalza, ni siquiera era simpatizante».
Acto seguido Aitor Esteban ha leído extractos del audio de Intxaurrondo difundido por NAIZ y otros medios, en el que el agente Pedro Gómez Nieto cuenta al jefe operativo del Cesid Juan Alberto Perote qué piensa de la muerte de Zabalza y cómo se practica «la bolsa». Se ha declarado estremecido por la parte concreta en que el guardia civil explica qué siente la persona que se ve morir en esta situación. «Es el Gómez Nieto que ahora aparece en Honduras y ascendido a teniente coronel», ha añadido Esteban haciéndose eco también de lo revelado por NAIZ.
«Tiene usted donde preguntar en su propio gobierno», le ha dicho Esteban a Grande-Marlaska, posiblemente en alusión a la ministra de Defensa, Margarita Robles, que como número dos de Interior a mediados de los 90 tuvo relación con Intxaurrondo y su jefe, Enrique Rodríguez Galindo.
«Entiendo el miedo y la presión que sufría entonces la Policía, el aislamiento que sufría, pero eso no puede justificar este caso ni la defensa a ultranza de las personas que cometieron estos hechos. Eso no es Estado de Derecho, no es justicia, no es democracia plena», ha señalado Esteban.
«Usted puede hacer algo, puede instar al Gobierno a desclasificar estos documentos», le ha insistido Aitor Esteban a Fernando Grande-Marlaska. «Abran los archivos», ha remarcado en la réplica al ministro.
«La Justicia tendrá que poner marchamo final al caso, pero para que actúe hay que tomar iniciativas», ha insistido el portavoz jelkide, añadiendo como colofón que «yo le seguiré esperando en este caso».
EH Bildu: «Decepcionante y doloroso»
EH Bildu había formulado anteriormente peticiones de explicaciones por este caso al ministro de Interior y también a la Defensa, pero no fueron admitidas a trámite.
Para Aizpurua es denunciable que el ministro del Interior «haya hecho gala de la versión oficial» al defender que «se hizo una investigación judicial impecable y compleja».
«Es del todo inadmisible, más aún de quienes hacen gala del cumplmiento íntegro de la ley. Es incomprensible que esto sea considerado por el Gobierno como un caso cerrado del pasado», ha dicho. Y ha añadido que «no puede mirar a este lado ante pruebas de este calado y miles de casos de torturas».
Para EH Bildu, el Ejecutivo de coalición tiene la oportunidad de «investigar qué ocurrió en Intxaurrondo durante décadas» y en paralelo «de dar pasos firmes para avanzar en la paz y la convivencia. Y para ello reconocer todo el dolor causado por la tortura es indispensable».