FꓤANCISCO JAVIER ЯODRÍGUEZ AMOЯÍN

Anekdotas o lapsus na razón.

10 ago 2020

El Tiempo se paró en el Decimal

Reproducimos el texto publicado por Pablo Jiménez Franco en la página de Facebook Arqueología de la Guerra Civil ante el inicio de la exhumación de los restos de su bisabuelo. Hoy su biznieto colabora en la lucha contra la impunidad del franquismo

Se inician los trabajos de exhumación en el cementerio de Fornelas -A Pobra do Brollón, Lugo- de dos víctimas de la represión fascista, vecinos de la comarca de Quiroga, asesinados en septiembre de 1936.

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EL TIEMPO SE PARÓ EN EL DECIMAL

El amor en los tiempos de la cólera. A pesar del miedo, de la guerra y de los escuadrones de la muerte, la juventud (y leña verde todo es humo) intentaba disfrutar de los últimos días de aquel verano trágico. El chaval salió perfumado de Piño, sobre el valle del río Teixugo, en dirección a Fornelas. En la fiesta del pueblo, un mes antes, había bailado con ella. Desde entonces, la pretendía. Como se dice por estos lares, “iba a pretender a Fornelas”. Aquella noche de septiembre, el pretendiente se encontró con algo sorprendente. Una camioneta con los faros encendidos y el motor en marcha, vibraba, quieta, sobre la cuneta de la carretera. Se escuchaban gritos e insultos que procedían de la parte trasera. El pretendiente, asustado, se escondió detrás de unos arbustos, a escasos metros de la escena. Esa parcela se conoce de siempre con el nombre de A Bernarda, pero la Modernidad instauró un nuevo concepto: el punto kilométrico. El PK. Al que los paisanos rebautizaron como O Decimal. Cuando llegaron los topógrafos del IGN y construyeron un vértice geodésico en lo alto de la sierra, los vecinos llamaron a éste O Castelo. La materialidad del Estado era vista como una fortaleza.

Hasta aquel verano las carreteras eran un símbolo del progreso. Los Gasset movieron hilos en Madrid y consiguieron abrir la carretera de A Estación de A Pobra al balneario de Ferrería de Incio, para llevar a los bañistas que llegaban en tren. Los vecinos que volvían de Cuba y Estados Unidos construían sus viviendas modernas en la entrada de las villas o al pie de la carreteras a Nadela y a Monforte de Lemos. Todavía se conservan en las fachadas oxidados carteles metálicos de Seguros de Santiago de Cuba o La Habana, así como las fechas de construcción: 1934, 1935, 1936…

Ahora las carreteras formaban parte de toda una cartografía del terror.

El pretendiente lo vio todo. Unos tipos armados, con brazalete de Falange en el brazo, obligaban a bajar de la camioneta a dos señores, con las manos atadas a la espalda. Uno de ellos, fornido y de más edad, consiguió zafarse de uno de los falangistas, llegando incluso a desarmarlo. Ante la reacción del prisionero, el conductor de la camioneta se le acercó por la espalda y le propinó un golpe en la cabeza con la manivela de arranque del motor. Después llegaron los disparos. El pretendiente no daba crédito. Mordía los labios abortando los gritos que se agolpaban en su garganta. Unos minutos después, la camioneta bramaba por la cuesta de Fornelas. Después el silencio.

El Tiempo se paró en el Decimal.

 
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