Dos reseñas de Segunda crónica en verso.
Por Iñaki Alrui en LQSomos.
Acaba de aparecer el poemario Segunda crónica en verso de Francisco Javier Rodríguez Amorín, un sobreviviente de la palabra capaz de hacer garabatos gentiles. Un libro breve que permite releerlo varias veces e interpretar los versos de formas diferentes, o mejor aún, no interpretarlos.
Del libreto os dejo la presentación, la cual ha corrido de mi mano, y en la que he dejando unas impropias incongruencias o dogmas existenciales buscando el arrimo al poeta ¡Gracias Amorín!
Por Pedro A. Curto en Periódico Irreverentes.
Este es el primer libro que publica Francisco Javier Rodríguez Amorín, pero que llega tras una destilación de varias décadas escribiendo versos, buscando su propia voz, lo cual se percibe en su lectura, la de un trabajador siderúrgico que ha inyectado a la conciencia de clase, la consciencia cultural e intelectual, necesaria para toda forma de liberación. Es la “aristocracia” que no traiciona a su clase, sino que la empodera, frente a la aristocracia formalmente obrerista de lo chabacano, del gin tonic, el puticlub y el Marca.
Acaba de aparecer el poemario Segunda crónica en verso de Francisco Javier Rodríguez Amorín, un sobreviviente de la palabra capaz de hacer garabatos gentiles. Un libro breve que permite releerlo varias veces e interpretar los versos de formas diferentes, o mejor aún, no interpretarlos.
Del libreto os dejo la presentación, la cual ha corrido de mi mano, y en la que he dejando unas impropias incongruencias o dogmas existenciales buscando el arrimo al poeta ¡Gracias Amorín!
Por Pedro A. Curto en Periódico Irreverentes.
Este es el primer libro que publica Francisco Javier Rodríguez Amorín, pero que llega tras una destilación de varias décadas escribiendo versos, buscando su propia voz, lo cual se percibe en su lectura, la de un trabajador siderúrgico que ha inyectado a la conciencia de clase, la consciencia cultural e intelectual, necesaria para toda forma de liberación. Es la “aristocracia” que no traiciona a su clase, sino que la empodera, frente a la aristocracia formalmente obrerista de lo chabacano, del gin tonic, el puticlub y el Marca.